sábado, 12 de marzo de 2011

10 de marzo de 2011

El jueves 10 de marzo de 2011 va a ser un día que recordaré por el resto de mi vida, el día que mi abuelo murió.
Pareciera que fuera ayer cuando iba a su casa de chiquita y corría por todo el patio jugando con los muñecos que me daba, cuando el guardaba todo lo que encontraba y los volvía algo fascinante, cuando me hacía bolsos, cartucheras y todo arreglo que le pedía, el nono siempre encontraba la manera de arreglarlo. Él tenía un carácter particular y  miraba programas que el sólo sabía que estaban (novelas viejas, documentales, programas de ciencia ficción y sus nuevas incorporaciones los programas de chimentos).
 Todo pasó tan rápido que es increíble de creer. De un día para el otro se puso amarillo, semanas después le diagnosticaban cáncer de páncreas y al día siguiente tubo un paro cardíaco del que no pudo salvarse.  El jueves alrededor de las 7 de la mañana escucho entrar a mis papas en la pieza y lo primero que pensé fue que murió, y así era. Por un lado me lo veía venir, su estado era crítico y la posibilidad estaba, pero de ahí a que pase es otra cosa. Fue una mañana rara, segundo día de clases y ya falté, no me importó (el ir un solo día a la escuela hizo que mi cabeza siga pensando que estoy de vacaciones) le mandé mensajes a todos los que le había pedido oraciones informando la noticia, usé la computadora, traté de levantarles el ánimo a mis hermanas, para eso esta la hermana mayor ¿no? Comimos, llevamos a mi hermanita mas chiquita al colegio (ella quería despejarse, no quería ir al velorio) y fuimos al velorio.
 Apenas nos bajamos del ascensor, nos encontramos con mi mama, mi abuela y la hermana de mi abuelo que iban a comer. Yo entré, me encotré en una hermosa sala llena de sillones, bien decorada, fresca, tranquila, una habitación en la que había entrado varias veces ya (lamentablemente) para acompañar a mis amigos que habían perdido un familiar, sin entender que en momentos nada mas eran mis amigos los que entrarían por la puerta para acompañarme a mi. No, no era posible.
 El día pasó, estuve rodeada de amigos, no podía creer que fueran tantos los que me acompañarían en este momento, todo mi grupo y gente de otros grupos estaban ahí, charlando, haciendo chistes, a mi lado, preocupándose por mi, por mi abuela, por mi mama, por mis hermanas, haciendo que la pena no sea tan grande. Familia, amigos de la familia, conocidos, todos fueron a hacernos el aguante. Las únicas que faltaron fueron las chicas de la escuela, sólo una fue, fue una bomba enorme para mi. ¿Cómo si se llenan la boca hablando de “amistad por siempre” “ siempre juntas” “ son todo lo tengo” “daría la vida por ustedes” ahora que yo estaba pasando por un momento horrible no estaban ellas acompañándome? ¿Cómo dejaron que pase por ese momento sola? ¿Cómo es la cosa, solamente si estas internada grave es cuando te van a ver? Es algo que nunca voy a entender, ni un mensaje, ni una llamada, nada, solo firmas vacías en facebook, llenas de palabras y nada de hechos. No soy del tipo de persona que “no perdona” pero esto no creo que me lo olvide fácilmente. Quisiera ir y decirles lo enojada que estoy y que me hablen con el corazón, sin excusas tontas, para entender lo que pasó, voy a juntar las fuerzas y buscar el momento adecuado para decirlo, porque no se si podré mantener una buena relación con ellas después de lo que pasó. Decepción me queda chico.
 Aunque pasé el día tranquila, riéndome de las cosas sin sentido que decían mis amigos, hablando de buzos y chombas, charlando de la vida cotidiana, por dentro tenía unas ganas de llorar enorme. Un vacio. No me imaginaba ir a la casa y que él no esté, que el tele no esté prendido en “sus” canales, que su vaso no se use mas, no poder decirle más Nono. Pero no podía llorar, no delante de mi mama, de mi abuela y hermanas, tenía que ser yo la que las consolase, ser yo la chica fuerte como siempre fui, porque para eso es lo que sirvo yo PARA CONSOLAR, NO PARA LLORAR,  el cambio de roles en ese momento no iba bien. Asique me lo aguanté al llanto una vez más, miré para adelante y traté de pasar el día lo mejor que pude, porque después de todo iba a ser largo.
Estuve casi un día entero en esa sala y no pude entrar a verte nono, perdóname, espero que no te lo hayas tomado a mal. Simplemente no podía verte así, prefiero quedarme con la imagen de ese abuelo que se caminaba la ciudad entera, el que sabía arreglar toda prenda que le pusieran enfrente, ese abuelo lleno de vida, con el que compartí 17 años. Me alegra que hayas dejado de sufrir, porque eso que tenías no cualquiera se lo banca, prefiero mil veces que hayas tenido que irte ahora antes de que tengas que soportar 6 horribles meses de tratamientos y de estar postrado en la cama. Se y confió que estás en un lugar mucho mejor que acá, ahora estas más cerca de Dios, voy a poder pedirte varias cosas para que me ayudes, quedáte tranquilo que voy a rezar mucho por tu alma para que, si no lo estás haciendo ahora, puedas disfrutar del Cielo lo más rápido posible. Acá abajo estoy yo, voy a cuidarte a todos, ayudarlos para que superar este momento.
GRACIAS POR TODO NONO! NO TENGO PALABRAS PARA DECIRTE TODO LO QUE SIGNIFICAS PARA MI. PERDON, MIL PERDONES POR NO VISITARTE TAN SEGUIDO O POR NO LLAMARTE, FUE CULPA MIA, FUI TAN ESTUPIDA AL PENSAR TAN EGOÍSTAMENTE QUE TE TENDRÍA PARA SIEMPRE, TE PROMETO QUE NO VOY A COMETER ESE ERROR DOS VECES. TE QUIERO MUCHISIMO Y NUNCA TE VOY A OLVIDAR! (¿Cómo PODRÍA HACERLO?)

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